Llevo encandilándome con las portadas de los libros toda la vida, y con algunas tengo una relación especial. Por ejemplo, cuando iba al colegio, me llamó la atención una, un mediodía. Después de leer la sinopsis me quedé con el título, para algún día volver a por ese libro, porque lo quería leer, lo quería desesperadamente. Aproximadamente 10 años después mi yo universitaria se metía entre pecho y espalda la trilogía de las Brujas de Mayfair al completo ( aunque, eso sí, en edición posterior ) y chocaba los cinco con aquella niña que había sido. "Lo hemos conseguido, pequeña" . A veces la magia de la vida mola. Pues lo de Laszlo había sido parecido, dos o tres años después. Creo que ya estaba en el instituto, y vi esa portada tan bonita y me quedé prendada, pero andaba enzotada con las Crónicas Vampíricas, también de Anne Rice, y la cartera no daba para tanto. Y tampoco el mercado debía dar para tanto vampiro en los 90, porque en algún momento dejó de verse por las lib...
Mi síndrome de los cuarenta... resulta que era un blog