Yo padezco el Síndrome de Pollyana y siempre me emperro en buscar la parte buena de todo (y no, no es deformación profesional, que yo ya había salido así, en plan anomalía).Este 2020 había que hacerlo de continuo, no podía ser de otra manera. De hecho, si de verdad es necesario no caer en el desánimo, buscar la alegría de vivir y respirar en un momento concreto, es justo este.
Así pues, a pesar de que (igual que en muchas otras facetas) como año lector este no ha sido especialmente bueno, voy a sacar lo mejor y os hago un breve análisis. Voy a cerrarlo a 10, en orden cronológico de lectura (contando que de los leídos en octubre ya he dado mi opinión en el post sobre #LeoAutoraOct)
Los Testamentos:
Margaret Atwood no necesita presentación, y esta novela tampoco. Llegó a finales del 19 como la esperada continuación de El Cuento de la Criada, por el hype que supuso la serie. (Yo la abandoné en la segunda temporada porque, en el momento que la trama se salía del libro, para mí los personajes empezaban a corromperse a sí mismos, y por tanto también al espíritu de la novela. En general me parece un ejercicio visual impresionante y una adaptación buena, pero ida de madre y excesivamente complaciente con los tiempos que corren, cosa que no hacía el libro en los 80). Por un lado es verdad que se nota que está escrito en un momento en que la serie está en boga y parece un poco prefabricado para la gran masa, pero aún así, es Atwood. Es capaz de hacerte vivir en esa distopía, te hace replantearte lo que habías dado por sentado sobre Gilead y sobre muchas otras cosas. Sigue siendo muy recomendable.
La canción del cuco:
Tiene un problema serio de ritmo, pero aún así me parece un ejercicio de imaginación bastante importante, con giros muy interesantes. Es mi primera incursión en la literatura de Frances Hardinge, de quien solo conocía el nombre y que había visitado el Celsius no hace mucho. Me la habían recomendado mucho últimamente y me parece una voz interesante para la literatura juvenil, aunque tengo que ahondar más. Este en concreto tiene un buen estilo, personajes interesantes y trama original, pero no es lectura nada sencilla y los tintes oscuros son fuertes como para que a ciertas edades se pueda asumir bien... Seguiré investigando.
Leer el mundo:
Michelle Petit es un referente en el entorno cultural y de la mediación lectora. Conocerla es quererla, oír una de sus conferencias es revelador, emocionante y único. Este libro es una joya y un imprescindible para cualquiera a quien le guste abrirun libro. ¿Por qué no la habré conocido antes, Zeus mío?¿Por quéééééééé?
Majareta. Manía, depresión, Miguel Ángel y yo:
Este año he acertado mucho con las novelas gráficas. Esta, que descubrí por casualidad, ha sido una grata sorpresa. Un retrato maravilloso, sincero, realista pero no crudo ni autocomplaciente, cercano y encantador sobre ese gran desconocido que es el trastorno bipolar. Me quedo enamorada de Ellen Forney y espero que mucha gente la lea y sienta lo mismo.
Permafrost:
Es difícil de narices explicarlo. Es brutal. Es fresco, es nuevo, es descarado, es tierno, es real, palpable, inteligente, divertido. Es inmersivo, emocional, complejo, te deja con ganas de más. Y podría seguir así más de media hora y no daría con la fórmula que le pudiera hacer justicia. Hay que leerlo, y más de una vez. Es de lo mejor del año. Tengo la segunda obra de Eva Baltasar en la estantería, desde que la compré en la Semana Negra y no me atrevo a leerlo. Por que después de eso... ¿qué clase de vacío me va a quedar? Necesitamos más Eva Baltasar, la necesitamos mucho.
El cazador de barcos:
Hace unos años organicé un intercambio de libros entre gente cercana a mí y este fue el que recibí yo. He tardado un poquito en atacarlo, pero la espera ha merecido la pena. Es una novela que engancha, que no se puede leer sin atención. Esta crónica en el mar de barcos persiguiendo a barcos, de tramas políticas, de hombres con un objetivo que nadie puede evitar, merece ser leído con ganas y tiempo. Muy diferente a todo lo que había leído hasta ahora, y deja buen sabor de boca. ¡Gracias, A, por descubrírmelo!
Chati, la novela antes conocida como Tormenta de corazones en llamas en la noche salvaje de tu amor indómito:
Pero qué disfrute. Qué risas. Qué enganche. Esta novela que es el cliché de los clichés de la novela romántica se regodea en el género para hacer una parodia magistral. Divertidísimo, bien escrito, bien pensado, de esas cosas que parecen muy sencillas pero llevan detrás mucho trabajo bien hecho. Y tiene vampiros. Incluso vampiros de pueblo. No te pido que me lo superes, pero iguálamelo.
Maus:
Por fin me pude resarcir y leerme este clásico que es imperdonable no conocer. Poco puedo añadir a todo lo que se ha dicho sobre esta obra maestra. Me alegro de no haber esperado más, y de tenerlo por fin en mis estanterías.
El primer siglo después de Beatrice:
Llegó por casualidad. Lo vi en un expositor y me dio por leer la contraportada. Me servía para un punto del Retópata 2020 por tener un autor libanés y me lo cogí, sin darle más vueltas. Ni siquiera tenía muy claro de qué iba. El estilo es impresionante, de una calidez reconfortante. Hacía tiempo que no encontraba ese tipo de voz, con unos protagonistas tan carismáticos. La idea es desconcertante y la pega es que está poco explotada y podría dar para más. Amin Maalouf pasa a mi punto de mira.
Medio sol amarillo:
Ya conocía a Chimamanda, sobre todo como activista del feminismo, pero no había leído ninguna de sus novelas. Una vez más, me dan ganas de darme collejas a mí misma por no haberle dedicado tiempo antes. Situada en Nigeria y posteriormente en lo que fue Biafra, es algo irrepetible. Nunca hubiera pensado que fuera posible ir introduciendo los personajes con tanto acierto, ir metiéndote en la trama con tanta calma, dosificar tan bien la crudeza, la dureza, la desolación de la guerra, del hambre, de las pérdidas...
Y con esto, finiquitamos 2020. ¡A por un 2021 lleno de buenas lecturas!
Gracias por descubrirnos tantas y tantas y tantas pequeñas joyas.
ResponderEliminarNo te seguimos el ritmo,pero se agradece tu esfuerzo por dar a conocer todas las historias que se esconden entre las páginas.
Besos y abrazos
Mil gracias a ti por traerme uno de los mejores, y por comentar, que hoy en día es algo poco visto. Besos!
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